¡Y por fin llegaron los momentos culminantes de la JMJ! Dos jornadas de calor y tormentas, pero de alegría también. De superar “juntos esta aventura”, como dijo el Papa. En la adoración eucarística de la Vigilia pudimos sentir cómo, permaneciendo firmes en la fe, es posible arrastrar todas las dificultades y tormentas de la vida, pues con Cristo entre nosotros nada hay que temer. Al día siguiente, la misa final fue el broche de oro de una intensa semana de la juventud. Os dejamos algunas fotos que reflejan un poco las sensaciones vividas en Cuatro Vientos.